"Pienso, ahí luego unos segundos antes de la ornamenta de la madrugada, pienso lo bonito que sería ahora no soñar nada, ni pensar nada, ni tenerme consciente de mi inconsciente ni de las cosas que pienso, y pienso luego más que sigo pensando, pero no encuentro como desconectarme, cerrarme la mente y no sólo los ojos, hundirme, huir tal vez de los sonrojos de mi pensamiento, y pienso, luego en alguno que otro silencio, que sigo pensando."
Yo llevo de pronto alguna que otra maldición de mis adentros y de las voces que me gritan que nadie me está gritando nada. Y bueno, verán que a veces también me grito yo misma y no sé como parar las manecillas del reloj y congelarme, ahí, la risa, o las sonrisas o una que otra lágrima, congelarme lo que sea y dejar de gritarme para acabarla rápido.
Si bien a veces me ayudaba llorar, así nada más con algún pequeño gemido, como quejándome, dejando salir el gatillo que llevo dentro y matarme, y luego dejar de intentar llorar, o de intentar gemir, o lo que sea que estaba intentando para no sentirme tan pendeja. Después trataba yo de gritar y correr como loca por las escaleras, subiendo y bajando dejando salir mi risita nerviosa que seguro el vecino escucha y resuelve en un resoplido de "ahí va otra vez esta pinche loca", pero no me atraviesa por la pared así que realmente no me importa, pero tampoco funciona, y mis pulmones, bueno mis pulmones se quiebran un poco y les dan ganas de fumarse o salir de vacaciones por un tiempo y regresar cuando me encuentre más cuerda y no les de yo tanto trabajo.
Pero al final, al final me tumbó en cualquier rinconcito frío de mi casa y me seco las lágrimas de las mejillas que hacen que éstas me piquen, y me retuerzo un poquito pensándote, pensándome, pensando todo lo que no he pensado, y me hundo en la poquita oscuridad que encuentro, suspiro, me recuerdo que nada ha cambiado y que yo sigo siendo la misma idiota intentando salir de lo que según yo es la realidad, entonces me levanto y con las manos sucias me restriego la cara, miro lo blanco de las paredes y me susurro: "Es ahora cuando vuelves y lo olvidas, y te olvidas de lo que querías y de lo que querías querer y no pudiste, entonces lárgate ahora, hoy nadie se va a acordar de ti."
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