Thiis iis më

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Indestructiblemente, rota.

miércoles, 29 de febrero de 2012

No lo hagas

"Te confieso a ti querida amiga, que te he fallado, que he roto tus más fuertes convicciones, que he hecho lo que juré nunca hacer, te confieso, a ti pequeña tonta del espejo, que me he olvidado de lo hermosa que eres en realidad. ¿Porqué te he enmascarado? ¿Porqué te he disfrazado? No lo sé, pero me arrepiento. Ahora que me perdonas, ve y ama de verdad a quien con el corazón te quiere. A quien con su alma y pensamiento, te respeta."


Algún mandamiento de la religión que digo tener ora en sus momentos: No desearás los bienes ajenos, y algún otro que respetes a la mujer de tú hermano. O eso creo.

Yo no he engañado a nadie, ni siquiera lo he lastimado, como lo he hecho conmigo. Y lo digo ahora que tengo el valor de aceptarlo, y de sentirme hipócrita y miserable conmigo; con mis pensamientos, con todas las palabras que he recitado, incluso hasta con mis propias emociones.

Buscaré ahora, empezaré ahora, porque sé que no es tarde, no aún. Amaré, con el tiempo a quien me ame con su tiempo. Y entonces, mi estómago no se retorcerá de aquellos nervios de ser descubierta, o del miedo de perder a quien vale, se retorcerá por saberme querida, y de alivio, por la fidelidad que me guardaré y que sentiré al besarle.

Papá, Dime, ¿Porqué la gente le es infiel a otra persona, sí se supone que la quieren? no veo razón por la cual se deba ser infiel, Es muy sencillo, se llama Tentación.


¿Qué pesa más? ¿Engañar a alguien, o ser el engaño de alguien? ¿O tal vez, es igual?

domingo, 26 de febrero de 2012

Desquebrajado mandamiento

"Las mejores cosas que he creado, las he creado al lado de un gran ser amado."


Mi alma dormida sobre océanos de pensamientos,
se encarna, y me recuerda a tus ojos profundos y dolientes
que me hacen callar las heridas, entintarme la sangre.

Y te he visto desentendido del aire, sumergido en etéreos suspiros,
sonrojado y caliente de tus lamentos prohibidos.
Mientras hierves desde lo más blando de tus huesos.

Azotan tu frente las cavilaciones sinuosas, de tu mano traviesa, mis miradas acuosas.

Y te he sentido, morir de miedo ante la duda, temblar,
sucumbir ante los impulsos que te cuesta pronunciar,
desvestirme y desgarrarme mientras me ignoras, mientras me quiebras.

Mis esperanzas que te son ajenas, las veo quemarse
en los silencios húmedos de mis labios, presos de tus manías,
llanas en alegrías, sentadas abandonadas.

Enervo el vacío que empañas tras tu presencia,
el recuerdo tardado de una voz que me acariciaba la piel sin erizarla,
de aquella cadera que me sujetaba las ganas.

Y ahora mi alma bosteza, cansada de llenarse de falsas imágenes,
deseos constantemente inundados que me orillan a procurarte,
a seducirte y encontrarte, separado junto a mí.

Es tan cierta tu ausencia, tan larga tu huida,
tan secos tus labios, que se niegan a reconocerme.

Frágiles y perdidos, tan perturbados y confundidos,
me entregan de vez en cuando, un mórbido castigo pintado de tu olvido.

Aire & Kalidoscopia

miércoles, 22 de febrero de 2012

Nos gana la carne

"Él, te engaña. Yo, más que nadie lo sé."


Dame un beso, le he dicho, corre que el bus se me escapa. Corrió, me tomó de la cara y me dio el beso.
Pensé entonces, mientras miraba afuera de esas sucias ventanas. ¿Quién me ha amado entonces? ¿Quién me ha sido fiel?. Si él ahora puede hacerle esto, ¿qué no podría haber hecho él?

Te sentí, de pronto cerca de mi cadera
tomaste de ella, la acercaste a ti
tu mano recorrió cual seda
la piel erizada, tus ganas de mi

Y te tuve, como si fueses mio y de nadie más
Sentí tu vaho, tu entrecortada respiración
Mientras cerraba los ojos, vi los de ella
Era la espectadora, la melodía de nuestra canción

¿Celoso?, Sí un poco, me dijo, pero ahora ya no estás con él, estás conmigo. La mano en mi cintura, y me regaló un medio abrazo.

Mientras pensaba en escribir esto, creí ser esa mujer a la que yo odiaría, ser la que destruye el verdadero amor, la que los tienta y les hace cometer estupideces.

También pensé en ti, mi amor de siempre, y te dije imaginariamente, Yo te soy fiel más de lo que le es él a ella, yo te pienso, no con la carne, yo te pienso con la mente.

De todas maneras, te sentirás culpable, y sabrás que él tenía razón, Así pasa, una cosa lleva a la otra, y después, bueno... después te arrepientes de lo que haz hecho.

lunes, 20 de febrero de 2012

Porque nos gusta colgarnos de sus cuellos. Besarlos hasta que nuestro tiempo se acabe, la noche nos llame.

"Me gustaría tenerte, mientras veo hacia afuera de la ventana, te imagino entre mis brazos, mirándome, acariciando mi espalda, besando mi cuello. Y me gustaría tenerte, más tarde cuando las luces opacas se queden desiertas y caídas entre el asfalto, cuando el reloj no funcione, y el paraíso vuelva a nuestro idilio de amor. Me gustaría tanto, que me dijeras "Voy para allá" y que al abrirte la puerta te besase, me colgase de ti."


De todas las formas posibles en las que pueda acomodar las palabras, sé que algo estoy haciendo mal. Algo me pesa y se revuelve entre los tejidos de mi estómago, le advierte, sin embargo le grita que lo disfruta, que le gusta la sensación.

Nada que te haga sentir bien está mal.

Te necesito tomándome, desgarrándome entre tus dedos, comiendo de las horas de la noche. Si no es ahora, en esta absurda realidad, te robaré en mis sueños.

miércoles, 8 de febrero de 2012

De esas tonterías que hago sin pensar

"Y me sumerjo de a poco entre las horas, y pienso, imagino que me veo desde fuera, me analizo. Y me siento indecente, catastrófica, estúpida. Tantas cosas que he hecho, y que aún hago mientras escribo esto, tantas cosas que hieren con puñales fantasmas, tantas palabras que te acuchillan y se pierden en el viento de mis silencios. No es mentira que te quiero, mas no es verdad que quiero estar contigo, y es mentira a la vez. Ya ves, de todas estás tonterías que digo sin pensar y las muchas más que hago. Tal vez no es que no te conozca, realmente ahora creo que a quien no conozco es a mí."


Buscándome, entre las olas de un hambriento cereal, entre las líneas de los versos que no alcanzo a comprender, entre la música trabada y las letras que no me dicen nada, entre esta primavera, y los días que me quedan por vivir.

Me gustaría confesar que hoy divagué despierta mientras venía en el camión, sonámbula imaginaba que me clavaba un cuchillo en el pecho. No pensé en las ganas de suicidarme, realmente no quiero hacerlo, por favor, no se asusten. Lo que a mí me asusta, es que lo sentí como si fuese real, y más aterrador, sentí la frustración de querer aliviar el dolor, de querer estar viva, y de saber que los chorros de sangre caían hacia el suelo, y que en ese momento, ya no quedaba nada más que hacer, moriría, en definitiva. Y aún sin vivir esa experiencia, sentí a flor de piel, en mis entrañas, en lo más profundo y gastado de mi estómago la frustración, la frustración de querer vivir y no poder, de querer dejar de sentir dolor, y saber, estar verdaderamente consciente de que es imposible.

No sé, si existan más personas que tengan la capacidad de sentir lo mismo tal cual yo lo he sentido, espero que no, porque es abismal, es sentir frío, es sentir un miedo escandaloso.

A veces la imaginación excesiva, no es buena. Vivir lo que no sucede, y dejar que te penetre como si fuese real, es como flagelarte en el aire, tomando un látigo inexistente que te desgarra la carne, y eso que algunos llamamos alma, de tajo en tajo.

viernes, 3 de febrero de 2012

La amargura, y los sinónimos que no conozco

"Cuando me siento vacía, incrédula, cual balde que yace fuera del jardín esperando la lluvia, y aquel lago que se secó al llorar por tu ausencia. Cuando me siento vacía te bailo, y encuentro al poco tiempo el sabor de la amargura. Mi nostalgía no es suficiente para perdonarte, y esta ansiedad se desviste las ganas de volverte a ver."

Me he tenido tendida en brazos, en una cama que moría por succionarme. Me he tenído allí abatida sin tener consciencia.
No encontré los suficientes suspiros para darte razón de un sí, ni tampoco la cobardía de saber lo que quería. Las mismas tonterías me carcomen, no tengo tantas letras para pensarte.

Y entonces llega, ese sabor amargo extasiado de belleza, esas pizcas de la comida que preparaste para mi alma. Ahora ha caducado, y te encuentra entre la agonía y las llamas de nuestro infierno.

Tal vez el diablo nos quiera besar una vez más.