"Me gustaría tenerte, mientras veo hacia afuera de la ventana, te imagino entre mis brazos, mirándome, acariciando mi espalda, besando mi cuello. Y me gustaría tenerte, más tarde cuando las luces opacas se queden desiertas y caídas entre el asfalto, cuando el reloj no funcione, y el paraíso vuelva a nuestro idilio de amor. Me gustaría tanto, que me dijeras "Voy para allá" y que al abrirte la puerta te besase, me colgase de ti."
De todas las formas posibles en las que pueda acomodar las palabras, sé que algo estoy haciendo mal. Algo me pesa y se revuelve entre los tejidos de mi estómago, le advierte, sin embargo le grita que lo disfruta, que le gusta la sensación.
Nada que te haga sentir bien está mal.
Te necesito tomándome, desgarrándome entre tus dedos, comiendo de las horas de la noche. Si no es ahora, en esta absurda realidad, te robaré en mis sueños.
Me quedo con esta frase "Nada que te haga sentir bien está mal."
ResponderEliminarPensamos demasiado en lo que está bien o mal, y demasiado poco en nosotros mismos. Además el amor,sea como sea, nunca puede ser algo malo, nunca.