Thiis iis më

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Indestructiblemente, rota.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Y yo te esperaré

No todo ocurre secuencialmente, no todo es perfecto y no todo es verdad.
Me estoy perdiendo, recuperando a una niña que probablemente tiene 17 años. He crecido y sin embargo no avanzo, no me encuentro muy segura del lugar dónde debería de estar.
Las notas de inspiración se han extraviado en algún invierno, los romances efímeros, las palabras sinceras de amor se fueron tras el hoyo negro de su ausencia. Ahora ya nada me es suficiente. Ni siquiera el deseo logra despertar en mí tantitas ganas. No hay nada. No hay fragmentos ni robos de luz, no hay pedazos de vacío derrumbándose a mi alrededor. Este es el punto final. El después del llanto sin mesura, el último paso de la larga fila que ahora se ha terminado; ya no hay nadie y la ventanilla ha desaparecido. La espera inútil. El sol que quema, me mira y también se despide. Adiós, adiós. Inclusive en el desierto hay arena, y aquí, aquí no hay nada. ¿Alguien ha visto podrirse una manzana que aún cuelga del árbol? Nadie le ha cogido y aquella pobre rama no le ha dejado caer. Sólo levita, y muere.