Es él. Es él he dicho un mil veces, él, él, él. Sonriendo, malhumorada, seria, juguetona, sensual, lo he dicho; es él.
Y los "te amos" parecen no ser suficientes, desbordan el alma, desbordan el ser como él dice.
Tocarnos de pronto se vuelve una necesidad, un grito de auxilio, de desesperación. Tomar de sus manos, mordérle el cuello, dejar que me lo muerda a mí, comerse esa lengua exquisita, degustar sus palabras en su voz, en mi oído, llover, buscar, encontrar, brincar, saborear, reír, amar, besar, fugar [...] todos los verbos, con él.
"Las palabras nunca alcanzan, cuando lo que hay que decir desborda el alma." (Cortázar)
-Cásate conmigo-
-Acepto, pero ya en serio. Parece algo inminente en este momento. Te amo tanto Samantha-
-Es en serio. Te tendría todos los días de mi vida sin dudarlo-
-Y yo a ti. Sería hermoso despertar contigo cada mañana.-
-Y dormir contigo cada noche...-
Te amo, no hay más.
Te amo, no hay más.
ResponderEliminarP.