Tu lengua

"Debería advertirte, deberías saber. Te va a doler en demasía, me van a extasiar tus gemidos."

Ávida, insaciable.
Recorriendo las clavículas de mi deseo.
Silencios, chasquidos.
Tu lengua se retuerce por mi cuello.
Fortuita.
Látigo del deseo.
Soy presa por un momento de violencia.
Ultraje.
Pero me muestro impasible.
Quimera centrífuga de mis labios.
Me absorbe, me lame.
Seductora, explícita.
Me entrego a ella,
Viperina y castigadora.
Me moja, me llena.

Es la noche su cueva y su pretexto,
es mi boca sus ganas y su ansia.  

P.

"Mi fuego negro."

Mientras leía un pasaje erótico del actual libro que leo se me hinchó el vientre y el pecho, una corriente eléctrica recorrió mi piel y tu nombre resonó en mi cabeza.
¿Esto es normal? ¿Está bien?
Te deseo.
A tus manos.
A tu figura.
A todo lo que no he visto, lo que no conozco.

Este era un hombre que tenía más sombra que corazón

"Puede que yo no sepa lo que quiero pero no te veías con ganas de ayudarme a saber si era contigo."

Este era un hombre, pequeño en la lejanía, grande cuando me abrazaba
Era un susurro de noche, de agua que cae de a gotas en tu pecho hasta quebrar en desesperación
Era un hombre de muchas palabras, de buenos versos, de besos tartamudos.

Esta historia acaba porque nunca comenzó.

Tenía ganas de volar conmigo, pero no quería despegar los pies del suelo

Tenía ganas de probar la libertad, también tenía ganas de quedarse para siempre en su escondite. 

Después se dedicó a regalar versos de amor a las ánimas del olvido, otros los lanzó al aire por si alguien quería creer que le pertenecían, y pasado el tiempo en medio de un silencio que parecía adiós, me dejó creer que era yo su amiga, una de esas que el nombre le revolotea por los pasillos de su corazón, se acuerda y los espanta, sigue su camino y nada más. 

Juro que no vuelvo a hablar del tema, porque aunque no quiera todo terminó [...] 

Juro que no vuelves a escuchar mi voz, no importa que estalle todo mi interior, aunque yo no entienda ya esta situación, esta historia acaba porque nunca comenzó. 

Manual para construir historias

"Tiempo ha pasado, tiempos en los que tú has aparecido, llovido, enlodado, tiempos han transcurrido, algunas de las llamadas horas, algunos segundos tras el tic tac de nuestro amor. Tiempo y lagos de memoria, números, brazos alzados, brazos alrededor de ti. 
Gracias, supongo, por un año más, por un año que más que sonar a viento que se va, suena a pasos que caminan. Gracias por aprender, a lo que sea que hayas aprendido, gracias por enseñarme que nunca ha sido necesario que estés aquí."

Necesitas estar vendado, de manos, de ojos y caminar hacia donde la música toca en el bar de las 12, necesitas estar desnudo para que alguien te pueda ver, llevar bufanda si querés por si hace frío, llevar tus labios por si gustas besar.
Necesitas de la oscuridad y de la luz de sus ojos, y de uno que otro destello de chispa que pueda provenir de su boca.
Necesitas guardar el silencio para cuando no quieras que sepa que ya le amas, y morderte la lengua para no dejarle ir en palabras que tal vez no sirvan para que se quede.
Necesitas un portal, alguna escalera donde poner la luna, y uno que otro balcón donde quepan colgadas todas sus estrellas, sus suspiros de noche.
Necesitas yacer donde quieras que te encuentre, esperar o correr, aprender a bailar por si sus manos quieren tocarte, y olvidar los vestigios de edificios ya caídos, olvidar y suceder, suceder en todos los sueños y en todas las realidades.

Pasados, fallidos, desnudos. El olvido cuando se siente en el ahora, y en el después.

"Ve y cásate con la idea de amar a quién tú quieras y se feliz. Vive plenamente cada instante, cada sabor, cada textura, cada color. Piérdete en excesos y besa mil y un labios hasta que por fin te des cuenta que aunque lo nuestro fue un intento fallido, nunca serás tan feliz como pudiste serlo conmigo." (Tomado de J.C)

Tú mi amor, eres una de esas cosas que se aprenden un martes en la tarde y se olvidan después por no haberlas repetido lo suficiente.
Tú mi amor, eres eso que fuiste de lo que se dice haber amado y eres de lo que se llama "ya no puedo más". Tú, eres entre líneas, fotos, frases, noches, lunas, sirenas, cantos, silencios, abismos, negros, blancos, autos, calles, semáforos en rojo, en verde, luciérnagas, vasos, alcohol: nada.

Te pintaste una sonrisa para no llorar, para construir con lo quebrado de tus manos un nuevo futuro.
Amor, sí amor, ¿dónde quedaste?

-Es que aún no lo conozco
-Y no lo conocerás conmigo te lo aseguro, yo no sé que es amar y tú tampoco, nada te puedo enseñar.

Recuerdo haber dicho vete, si te vas..., si te quedas..., no te vayas; pero vida, ¿vida? nunca has estado aquí, ni en espacio ni en tiempo, ni conmigo.

Te dejo mi último suspiro, guárdalo bien, que es el último que me queda para ti.
Los demás, los demás ya los tiene alguien, alguien que no eres tú.