"Y es que yo sé que me volveré a equivocar, pero ya no serás tú, ya no te llamarás igual."
A veces, cuando te llamas miradas, me besas sin que tus labios sepan como hacerme más suya,
Cuando te llamas veneno, no me das lo suficiente y aun así creo que puedo morir contigo.
Tu nombre me sabe a la yerba de Serrat y a la melancolía de Neruda,
Tu nombre incontenible, tu nombre irrelevante.
Pero si es que acaso crees no saberme enamorada tuya, acaso mis ojos no te dicen amor a ti,
Es que llanto ciego eres en mi soledad cautiva y llanto poco me llueves cuando te quiero llorar.
A veces, cuando te llamas invierno, no sé cómo cubrirme de tu nieve ni de tu viento,
Cuando te llamas distancia, cuando te llamas silencio, ya no te encuentro ni sé decirme,
Eres un poco de mi causa y un poco de mis gritos de locura,
Eres mi pérdida, la falta de noción del tiempo, tú mi entropía, te llamas ruina.
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Déjame tu alma