Te escondes, dibujando una vida ficticia.
Perfecta.
Y me clavas el silencio en los segundos, mientras tiendo mi cama,
crees que voy a ser feliz.
Las mentiras que escribiste nunca se quedaron conmigo
las verdades que callabas les robaron los asientos.
De todas maneras te quedaste con mis brazos, con mis caderas y mis ganas de suicidio.
Hasta que la muerte, parece ser hermosa.
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Déjame tu alma