"Ni siquiera puedo escribir, ya no tengo palabras que decirte, haz perdido la cordura y la hipocresía te ganó la batalla. A tal grado de aceptar perderme, por una irrelevante mujer. Te extrañaré entre algunas lágrimas y otros momentos inoportunos, pero te dedicaré mi última promesa de hacer todo lo posible por borrarte de mi vida, incluso, si a mi voluntad no le parece."
Le di todos los abrazos que mi pecho podía soportar. Le di mi boca con un toque de azúcar. Le di mi piel.
Le di los pensamientos de mis mañanas, algunos de las tardes, todos los de las noches. Le di mi pelo para que lo tomara con sus manos. Le di mis caderas, y los dedos que le tocaban las suyas.
Le di el silencio de mis palabras, y la melodía de unas rimas especiales. Le di el final de mi infancia. Mi adolescencia. Un pedazo de mi edad adulta. Le di tiempo.
Le di las armas suficientes para destruirme. Le di permiso de hacerlo.
Le di el sonido de mi voz por el tiempo que desease escucharla. Le di las teclas de mis suspiros.
Le di la inocencia. Le di tarros enormes de mi ingenuidad.
Le di lo que creí que era mi vida entera. Le di mi palabra de eternidad. Le di la lluvia, y los besos bajo de ella.
Le di todo lo que creí que debí darle. Le di el bote de basura para que tirará mis historias.
Y con el paso de los años le di un cuchillo, y mi corazón para hacerlo pedazos.