Thiis iis më

Mi foto
Indestructiblemente, rota.

sábado, 25 de abril de 2015

Dejar ir

Aprendí a dejar ir antes de aprender a tener.

Había entre todas las manos ese vaivén resbaladizo,
sabía bien que todo comenzaba para detenerse,
tres segundos al viento y allá va
todos los días dejaba de pronunciar un nombre.

Perder a quien no se ama, también es perder.

Los archivos muertos deben guardarse en algún lado
y creo que ya he llenado un cajón de servilletas,
hojas sucias que relatan, lo que pudo ser historia.

Muchas de las veces se me coló el tiempo
entre aprender a soltar y aprender a no mirar
había segundos que parecían later
como si no renunciaran a vivir en el olvido
todos los días pensaba si sus nombres cabrían en las yemas de mis dedos,
en la planta de mis pies,
o en la punta de mis cabellos.

Aprendí a dejar porque no estuve nunca segura de querer tener
de poder tener
la posesión es anticuada para la gente que exige pensar fuera del extremismo
nunca es tuyo ni tu propio cuerpo
y la piel ajena se presta por un capricho.

Saber dejar es siempre la mejor respuesta inclusive a la peor pregunta
para no leer fe de erratas
para no morirte con ellos
para que se mueran sin ti.

jueves, 23 de abril de 2015

Ciudad derretida

La ciudad se está derritiendo,
Es claro.

Todo se va consumiendo y terminando con el tiempo,
el plazo concluye
es el fin del anonimato.

Piedras caen al abismo tras de mis pasos
muros colapsan,
nuevas paredes se alzan al horizonte.

Esquivo andamios por las aceras
no recuerdo más el nombre de estas calles
no puedo recordar tampoco haber llegado por ellas a algún sitio importante.

La ciudad se derrite y con ella se derrite su gente
se ahogan entre la acuarela y la lluvia palpitante

abril ha caducado y les ha dejado enfermos
mayo se aproxima con Estige susurrante

  lo míos,
  muertos y después fantasmas

fantasmas y después muertos.

El vuelo ha terminado,
las lajas ya no graban ninguna historia
este es el fin
y en mis hojas transparentes
sólo se ve pequeña y a lo lejos
una límpida carretera.



jueves, 5 de marzo de 2015

Desiertos y horas


"No hay peor desierto que el de tus ojos secos."

Antes que nada, hola, dijo. Y yo me le quedé mirando como si hablásemos idiomas diferentes. Agitó su mano y volvió a decir hola, yo parpadeé, Sí, perdón, me he perdido. Sonrió y tomó el vaso que tenía frente a él. Te ves linda hoy. Eso dices siempre. Es porque siempre te ves linda. Entonces no es necesario enfatizar el "hoy". No importa, es un cumplido., y entornó los ojos. 

Después en casa me puse a pensar en las horas que estuve segura de haberlo conocido, a las 3, tal vez, porque andaba tras de un pupitre anotando las notas de Chopin nocturne op. 9 no. 2, y porque hacía esa muequita al lado derecho recordando que es parte del soundtrack de mi película favorita. A las 6, también, salía de un salón para irse a la parada y tomar un camión, en el asiento 20 de la fila derecha pegado a la ventana suspiraba y se ponía los audífonos, Rach Piano Concerto 2 sonaba entonces y él miraba los árboles pasar, dando dos que tres toquecitos a su rodilla siguiendo el ritmo. A las 10, no tanto, pero sostengo aún que le daba entusiasmo marcar el 2 y el 4 de mi número de teléfono, y luego la ansiedad en sus pequeñas sentadillas al lado de su cama esperando el tono y que yo contestara.

¿Entonces vas a dejarme ir? Entonces me voy a ir yo, tú puedes quedarte donde quieras. Dijo mi nombre, creo, parecía una súplica aletargada y ronca, Por favor... 

Después en casa, de nuevo, me puse a pensar en que había 21 horas que no conocía y que las otras tres podrían ser horas cualquiera, de un día, de un mes, de dos... horas que no importaban y que ahora yo perdía en el cuentagotas del fastidio. 

Dime porqué, ¿Por qué que? Tú sabes. No sé. Deja de ser tan idiota, y creo dijo mi nombre de nuevo. No lo dejaré de ser, es probable que allí esté tu respuesta. 

La hora 8 del día 25 del mes 2: ¿Has llorado? Ni un poco. No te creo. No me importa. ¿Qué haces? Tomo café. ¿Llorarás? No, y dije su nombre, mi café sabe bien sin sal. 

viernes, 23 de enero de 2015

El hombre de Canaán

"Nothing is really lost to us as long as we remember it."

Grandes llamas obtusas se yerguen sobre tu recuerdo,
tantos siglos se han juntado para ver nacer el fuego en tu mirada
y la quema final de la telaraña consumida de nuestra memoria.

¿Habeís visto el árbol muerto que nos envolvía?
Era sin duda el menester de la incongruencia misma,
la pobre flor que nos da vida
y la aridez de nuestra oculta muerte.

 

    Vuelve a mí.


Primaveras serán entonces
acalladas y vejadas
toda niebla habrá cubierto ya las calles
donde nuestras huellas viéronse procrear,
y las empedradas,
sonarán acongojadas,
con todos los pasos que no han sentido nuestros;
porque vida,
allí encima,
estábamos volando.

miércoles, 21 de enero de 2015

Cinco días

Yo no sé de qué trate certeramente eso del amor y la mariconería, dice él, de sentir que la carne se convierte en otra cosa más parecida al latido de tu última muerte, y los ojos que se abren tras el orgasmo infinito.

Pero tú, cabes dentro del sin embargo que siempre dejo para el final y un punto que no dice nada, porque sabe bien que allí no acaba y sólo se disfraza de sueño para contarme meses después la historia: Amantes que convienen dentro de la intensidad de la piel, usurpando en el tiempo la mirada y el silencio, aquél que explota cada vez que se tocan.

Descubrí que después de siempre, nunca es demasiado tiempo. Y ya te extraño, por lo pronto y todavía.



lunes, 19 de enero de 2015

Los tres días

"Poesía de los amores efímeros,
y de los que nunca se olvidan."

En el primero mueres.

En el segundo levitas en el aposento mientras todos te observan.

En el tercer día resucitas. Todo se ha acabado.