"Tengo ganas de contarte lo tonta que me he sentido, tengo ganas de decirte las ganas que tengo de hablarte ahora, tengo ganas de que entiendas cuántos pájaros han revoloteado por mi cabeza, y cuántos más han hecho de sus gracias en ella. Tengo ganas de contarte que te vi en una esquina riendo, tengo ganas de decirte, cuánto exagero las cosas. Estoy preocupada, aunque sé que no es el fin del mundo, tengo ganas de desear que esto no hubiese sucedido. Lo siento."
Pienso que a pesar de todo, nunca acabamos de controlarnos a nosotros mismos, y luego, bueno pues, llegamos a arrepentirnos de las tonterías que pensamos y no tanto de las que hacemos. Pero vamos, ya sabíamos que no éramos perfectos, y que nunca lo seremos. Aunque tampoco hay que exagerar en nuestras estupideces.
Que niña tan tonta he sido, tan pequeña, refunfuñando por no obtener el dulce que quería. Tengo que escribir de esto porque no siento que alguien a quien se lo haya dicho me haya entendido, no creo que el mundo lo entienda, sólo este intento de papel salpicado de espacios negros. Y aún así, él, el papel o pantalla mística de pixeles, tampoco lo hace.
Pero ya, no volaré tan alto, ella ni siquiera está volando conmigo.
En el espacio no hay aire para respirar, entonces, no se puede pensar tan alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjame tu alma